Por segundo año consecutivo, el pastor ganadero José Manuel Sánchez Miguel retoma la práctica de la trashumancia a pie y está ya en camino con su rebaño de 1.550 ovejas merinas desde Cáceres hasta Riaño (León), en los Picos de Europa, un recorrido en el que tardará unos 40 días.
«La trashumancia es una tradición milenaria, es un sistema tradicional de aprovechamiento de los recursos naturales, lo que ahora se llama una forma resiliente de producción. Desde Interovic apoyamos a José Manuel como ejemplo de futuro de esta producción, gracias al pasado de los sistemas tradicionales», explica Tomás Rodríguez, director de la Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y el Caprino de Carne.
La organización quiere así resaltar la importancia de esta práctica y de la ganadería extensiva que es cultura, tradición y vida rural, contribuye a la conservación de ecosistemas, de paisajes, es productora de oxígeno, de agua, amortiguadora del cambio climático y es la común en el sector del ovino y caprino. Por eso quieren poner en valor y dar voz a historias con nombre y apellido como la de José Manuel Sánchez Miguel, un pastor ganadero de Huertas de Ánimas (Trujillo) que ha iniciado, por segundo año consecutivo, la trashumancia a pie por la Cañada Leonesa Occidental Puerto el Pico acompañado de su rebaño de 1.550 ovejas merinas «todas de raza autóctona», puntualiza orgulloso. Harán junto a él, durante unos 40 días, el recorrido de más de 600 kilómetros que separa Huerta de Ánimas (Cáceres), donde salió el pasado 15 de mayo, de Valverde de la Sierra, cerca de Riaño, en los Picos de Europa de León, donde está previsto que arriben entre el 21 y 25 de junio y pasen allí todo el verano.
El único ganadero extremeño que practica la trashumancia a pie
La trashumancia es una práctica milenaria, una forma de pastoreo en continuo movimiento, quizá la práctica ganadera más ligada a la naturaleza que exista por todos sus beneficios medioambientales, socioculturales, territoriales y económicos, como el transporte de semillas o la fertilización de la tierra de forma natural, la prevención de incendios ya que el ganado consume materia seca que es un gran combustible forestal y, además, favorece la economía rural, es un claro ejemplo de sistema de producción de agricultura familiar, resiliente y modelo de un sistema alimentario sostenible. De gran relevancia en la historia, la antropología, la etnografía y la sociología, actualmente, España es de los pocos países del mundo donde se sigue trashumando, principalmente la especie merina, la más extendida en el mundo y cuyo origen se sitúa en territorio nacional, pero cada vez son menos los pastores que están dispuestos a trasladar en primavera y verano a sus rebaños desde las calurosas dehesas extremeñas hasta el norte de España para regresar en otoño.
No viajará solo
José Manuel se animó el año pasado a hacerlo por primera vez y ha decidido repetir. Es el único ganadero que hace la trashumancia a pie desde Extremadura. No hace el viaje solo. Le acompaña su padre y sus dos tíos (todos superan los 70 años), y cuenta con la ayuda de seis pastores más que trabajan mano a mano con él y una docena de perros. En este momento está buscando otro pastor con el que cuidar su rebaño durante todo el verano. En cada etapa, «vendrán amigos a acompañarnos y echar una mano». La trashumancia a pie es una actividad que él recuerda, realizaban sus abuelos y sus padres. Desde pequeño siempre ha sido su sueño hacerla, le hacía mucha ilusión ir tras los pasos de sus antecesores. Esa tradición familiar y el cambio climático y la escasez de agua y pasto en Extremadura le han motivado a hacerlo para buscar en los puertos de León hierba fresca y agua para alimentar a su rebaño en el caluroso verano.
Un viaje de 40 jornadas
Este viaje merecerá la pena porque «aunque el camino va a ser costoso, al menos el ganado va a venir bien alimentado». Su recorrido, dividido, estima en unas 40 jornadas, pasará por Cáceres, Toledo, donde atravesará pueblos como Oropesa, continuará por Ávila y pasará por Arenas de San Pedro y Arévalo entre otros, llegará a Valladolid atravesando Medina del Campo, Tordesillas, Medina de Rioseco y Mayorga, entre otros, y por fin arribará en León por el Burgo Ranero y terminará en Valverde de la Sierra, en Riaño. Allí, en pleno puerto, se quedará todo el verano con sus ovejas, en el lugar donde podrán pastar y pasar el verano. Volverán en otoño, sobre el 20 o 25 de octubre, calcula, otra vez a pie.
Entre 15 y 20 kilómetros diarios
Prevé hacer etapas de entre 15 y 20 kilómetros diarios, pero todo dependerá de cómo se encuentren los caminos. «Nos estamos encontrando mucho pastizal y para que abran las ovejas, cuesta. Tenemos que ir uno con el manso, abriendo paso», apunta. A su llegada a destino final, en Valverde de la Sierra se establecerá en una cabaña, mejor que la del año pasado, y en una zona del monte que ha alquilado donde no hay lindes y le mantendrá siempre pendiente de las ovejas.