En pocos años, Sudáfrica se ha convertido en un referente mundial en elaboración de vinos y en enoturismo. Regiones como Stellenboch, Constantia, Paarl o Franschoek destacan no solo por las impresionantes instalaciones de sus bodegas, sino por la extraordinaria calidad de sus vinos.
Por Pancho Campo
El pasado mes de marzo tuve la oportunidad de participar como miembro de la fundación de Al Gore ‘The Climate Reality Project’ como ponente invitado en el Día Mundial del Agua, apoyando una iniciativa que se denomina SOS (Save Our Schools), que se celebró en Ciudad del Cabo.
Como muchos sabréis, esta ciudad sudafricana es la primera capital del mundo que, si no cambian las cosas, se quedará sin agua potable durante la segunda semana de junio, lo que se ha denominado “Day Zero”, ya que la capacidad de sus pantanos descenderá del 13%. Será entonces cuando las autoridades corten el suministro de agua potable en hogares, oficinas, hospitales, colegios, etc. y se habiliten unos grifos donde se podrá recoger un máximo de 50 litros de agua por persona al día.
Gracias a este evento tan relevante para nuestra concienciación sobre el Cambio Climático, compartí excelentes momentos con personas tan interesantes como los representantes de grandes empresas como Coca-Cola y Unilever o con Ndiletka Mandela, nieta de Nelson Mandela. Así mismo, felicité a Shelley Humphries por la noble e importante iniciativa de SOS para proteger los colegios y los niños de Ciudad del Cabo.
Además, no quise perder la oportunidad de visitar esta maravillosa ciudad, que sin duda alguna pondría en mi Top 10 de ciudades favoritas del mundo, por la amabilidad de sus gentes, la belleza de su urbanismo y el enorme abanico de actividades que allí se pueden llevar a cabo.
Y es que, además de bucear entre tiburones blancos, visitar la cárcel donde estuvo preso el insigne Nelson Mandela o disfrutar de fascinantes excursiones en barco o kayak, el enoturismo es uno de los grandes atractivos de la que es la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica después de Johannesburgo.
La cultura del vino
He de reconocer que he quedado gratamente sorprendido con la inmensa cultura del vino que hay en el país y con el nivel de técnica y sofisticación que ha alcanzado la industria vitivinícola y, sobre todo, la explotación del turismo del vino.
Podría incluso asegurar que, en este aspecto, Sudáfrica está a la cabeza del resto del mundo, ya que las infraestructuras que se encuentran dentro de las propias bodegas (hoteles, restaurantes, tiendas, servicios, etc.) son francamente impresionantes.
Como curiosidad, me gustaría destacar que, aunque en este país africano se hace vino desde hace tan solo 300 años, su suelo está considerado como el más antiguo de la humanidad. Esto, unido a sus cadenas montañosas, que proporcionan distintas orientaciones a sus viñedos, al viento denominado Cape Doctor y la Corriente de Benguela, que proviene del deshielo de la Antártida, son influencias importantes para la calidad de sus vinos.
Lo cierto es que los bodegueros sudafricanos han mejorado mucho los viñedos, que estuvieron muy abandonados durante el apartheid, y han apostado por la calidad, por la biodiversidad y por una utilización mínima de pesticidas y fertilizantes.
Impresionantes bodegas
El recorrido que pude hacer por las distintas bodegas fue fascinante. En la zona de Constantia visité Klein Constantia, donde probé el Vin de Constance, vino dulce que bebía Napoleón durante su destierro en la Isla de Santa Elena, que se hace prácticamente como entonces y se embotella en una réplica de aquella época. Otra de las bodegas de la zona, Constantia Glen, me impresionó por sus instalaciones y porque tuve la oportunidad de probar uno de los mejores vinos de la región y prácticamente de todo Sudáfrica.
En la comarca de Stellenboch, considerada como la capital de los viñedos de Sudáfrica, tuve la ocasión de visitar Vergelegen, y puedo decir que quizá sea la bodega más bonita que he visto en mi vida, ubicada entre las montañas y el Océano Índico, con viñedos rodeados de bosques y una diversidad de flora y fauna espectacular. Allí probé el Vergelegen V, un vino fuera de serie, para mí probablemente el mejor vino de Sudáfrica.
También en Stellenboch destacan la elegante Delaire Graaf, en la que sobresale el gran lujo de su hotel y de su restaurante, y Tokara, excelente punto enoturístico con unos vinos de calidad extraordinaria. Por último, resaltaría la bodega Graham Beck, donde elaboran un vino espumoso con el método Cap Classique que es el favorito del expresidente Obama.
Por último, no quiero dejar de hacer hincapié en la intensa cultura del vino del país, ya que esta bebida se posiciona como una de las más consumidas entre los jóvenes. Esto queda reflejado en la posibilidad de disfrutar de entre 20 y 30 referencias de excelentes vinos por copas no solo en las bodegas, sino en cualquier restaurante de la ciudad.
En definitiva, Sudáfrica en general y Ciudad del Cabo en particular son destinos obligatorios para los amantes del enoturismo, para todos los que disfrutan del buen vino, de la belleza de los viñedos y el buen hacer de las bodegas.
Notas de cata
Graham Beck
Unos de los espumosos más sorprendentes de Nuevo Mundo. Un Blanc de Blancs elabor
ado solo con Chardonnay y de larga crianza. Un vino elegante, afrutado, de burbuja muy fina, gran cremosidad en boca y una acidez muy refrescante. Ideal como aperitivo o para acompañar los deliciosos pescados y mariscos de Ciudad del Cabo.
Precio medio en Vivino.com: 20 €
Bodega: Graham Beck
https://www.grahambeckwines.co.za/
@GrahamBeckSA
Klein Constantia – Vin de Constance
El vino dulce que bebía Napoleón Bonaparte en su último destierro. Hecho con la uva Muscat de Frontignan, el resultado es un vino complejo, con notas de miel, cítricas y las especies de su crianza en barrica. Un vino de postre pero quizás mejor como «vino de meditación» contemplando los fabulosos paisajes de la región de Constantia.
Precio medio en Vivino: 79,90 €
Bodega: Klein Constatia
http://www.kleinconstantia.com/
@KleinConstantia
Vergelegen V
Un vino elaborado solo con la uva cabernet sauvignon desde la cosecha de 2008 por André van Rensburg’s, uno de los enólogos de más prestigio de Sudáfrica. Este «V» tiene potencia, cuerpo y volumen, pero una elegancia y acidez sin igual que lo hacen sedoso, muy agradable y perfecto para la guarda. Un vino ideal para acompañar la típica barbacoa sudafricana conocida como Braii.
Precio medio en Vivino: 71,22 €
Bodega: Vergelegen
@VergelegenWines