Recién inaugurado en el barrio de los metales, muy cerca del Matadero, el restaurante Vainita con Tostón rinde tributo al Caribe sin perder de vista la cocina internacional y el producto de temporada.
Mario y Brenda son los artífices de Vainita con Tostón, una refrescante apertura fuera del círculo habitual de las inauguraciones gastronómicas, en el barrio de los metales. Abierto desde mayo, este restaurante es una buena opción para los que quieran degustar un pedacito de Caribe sin cruzar el Atlántico y hacer más llevadero el tórrido verano madrileño.
‘Vamos a comer Vainita con tostón’ es una frase hecha que se refiere a las vainas (o judías) verdes combinadas con el plátano macho en forma de moneda aplastado y frito, una combinación gastronómica extraña que hace alusión a la enorme variedad gastronómica de todos los países caribeños.
El restaurante es el sueño hecho realidad de Mario, dominicano al frente de los fogones, y su mujer Brenda, originaria de Barranquilla (Colombia), quien dirige con amabilidad y simpatía la sala, siempre dispuesta a explicar las peculiaridades de su propuesta gastronómica.
Brenda también se ha encargado de transmitir al estudio Kuobene las notas tropicales que deseaba para su restaurante, dando lugar a un espacio con un agradable y relajado toque tropical.
Vamo’ allá
Brenda no dudará en explicar a todo aquel que acuda a Vainita con Tostón las peculiaridades de su carta, que tiene opciones para todos los gustos, desde platos clásicos como tortilla de patatas trufada, croquetas de jamón o steak tartar de solomillo madurado a platos con un toque de autor, como las zamburiñas con salsa de kimchi flambeadas al momento o los riquísimos dados de bacalao en tempura de chipirón sobre puré de coliflor y alioli de sweet chilli.
Obviamente, no pueden faltar los platos que expresan el sabor del caribe, como el tostón con cochinita pibil, guacamole y cebolla caramelizada o los tacos caribeños con pico de gallo y salsa tamarindo. Muy recomendables son los contundentes y estupendos mofonguitos, una bolita de torreznos mezclados con langostinos que merece la pena probar.
Como broche, tarta de queso, flan de coco, torrijas de toffee o pasión por el chocolate, un vistoso postre que puede servir de preludio a los cócteles especiales no exentos de la pasión y el toque tropical.